El Observatorio de la Alimentación Escolar

Creado en 2021, el Observatorio de la Alimentación Escolar, conocido como ÓAÊ, es la principal red de la sociedad civil comprometida con el derecho a la alimentación escolar en Brasil. Su objetivo es amplificar las voces de estudiantes, agricultores familiares y profesionales de la alimentación escolar, para defender colectivamente el derecho a la alimentación escolar y la mejora permanente del Programa Nacional de Alimentación Escolar (PNAE) de Brasil. También pretende sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de garantizar una alimentación adecuada en las escuelas. Llevamos a cabo campañas y encuestas, monitoreamos la implementación del PNAE, organizamos y producimos datos y análisis que sirven de base para estrategias de comunicación e incidencia política.

ÓAÊ cuenta con un comité ejecutivo formado por FIAN Brasil y el Foro Brasileño de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (FBSSAN), y un consejo asesor integrado por otras 15 organizaciones y movimientos sociales. Defendemos, por un lado, la promoción de un entorno escolar saludable, protegido del suministro de productos ultraprocesados y de la interferencia de la industria, y por otro, la democratización de la compra local de alimentos de la agricultura familiar, especialmente el cumplimiento de la prioridad otorgada a los asentamientos de la reforma agraria, a las mujeres, a los pueblos indígenas y a otros pueblos tradicionales.

El Programa Nacional de Alimentación Escolar de Brasil (PNAE)

En los últimos años, los programas nacionales de alimentación escolar se han promovido ampliamente como una respuesta al hambre, la desnutrición, la obesidad y la transformación de los sistemas alimentarios. En Brasil, el PNAE se convirtió en una herramienta poderosa para garantizar derechos y promover la seguridad alimentaria y nutricional, no exenta de desafíos.

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El Programa Nacional de Alimentación Escolar (PNAE) es una de las más antiguas políticas públicas de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN) en Brasil y una de las mayores en el mundo en el área de alimentación escolar.  Lo que pocas personas saben es que su consolidación como política universal basada en los principios del Derecho Humano a la Alimentación y Nutrición Adecuadas (Dhana) es resultado de décadas de desafíos y ajustes que impulsan una fuerte actuación de la sociedad civil organizada.

El programa fue creado en 1955, de carácter asistencialista, era semejante a otros proyectos de alimentación escolar en América Latina, Caribe y África. Inicialmente ofrecía solamente alimentos para aliviar el hambre, reducir la desnutrición e incentivar que las niñas y los niños continúen en la escuela. A lo largo del tiempo, fue siendo reformulado, ampliando su alcance y fortaleciendo su compromiso con una perspectiva de derechos. Los cambios incluyeron la oferta de alimentos más frescos y saludables, la valorización de la cultura alimentaria local, el respeto a la producción agrícola de los territorios y el estímulo a la economía local. Esas transformaciones fueron impulsadas por cambios políticos y sociales y por la institucionalización progresiva de combate al hambre en la agenda gubernamental brasilera, por medio de nuevas políticas públicas y marcos legales.

Su objetivo principal es garantizar la oferta de comidas saludables y adecuadas a todo el estudiantado de educación básica pública en Brasil. El programa atiende a más de 40.000.000 de estudiantes en escuelas públicas y filantrópicas y es financiado exclusivamente con recursos del gobierno brasilero. El Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación (FNDE), autarquía vinculada al Ministerio de Educación, coordina el PNAE a nivel federal, definiendo directrices generales y distribuyendo los recursos financieros a estados y municipios, que son responsables por la implementación local del programa y por la complementación financiera. Este modelo descentralizado permite que los gestores locales adapten el programa a sus realidades, considerando aspectos culturales, regionales y estructurales.

En Brasil, la alimentación escolar es reconocida como un derecho fundamental que consta en la Constitución Federal y está reglamentado por marcos legales como la Ley nº 11.947/2009, la Ley del PNAE. El principio de universalidad garantiza que todo el estudiantado de la red pública tiene que tener acceso a la alimentación escolar, independientemente de la condición socioeconómica. La descentralización de la gestión permite que estados y municipios implementen el programa conforme sus especificidades, respetando las directrices nacionales, pero garantizando la flexibilidad para atender las necesidades locales. No obstante, esa autonomía también presenta desafíos, especialmente en municipios con menor capacidad de gestión o menor disponibilidad de recursos propios para complementar el dinero federal distribuido.

El PNAE se destaca por tener directrices innovadoras que van más allá de la oferta de comidas, buscando transformar la alimentación escolar en un instrumento de promoción de la salud, fortalecimiento de la economía local y la participación social. Una de sus grandes innovaciones es la exigencia de que un mínimo de 30% de los recursos federales destinados al programa, sean utilizados para la compra de alimentos directamente de la agricultura familiar. Esa política fortalece a pequeñas/os productoras/es, estimula la producción local y asegura la provisión de alimentos frescos y diversificados en las escuelas.

También, el programa establece directrices claras para la promoción de la salud por medio de la alimentación escolar, restringiendo la oferta de productos ultra procesados e incentivando la inclusión de alimentos in natura o mínimamente procesados. Otro aspecto fundamental del PNAE es la participación de la sociedad civil en el acompañamiento y fiscalización del programa, por medio de los Consejos de Alimentación Escolar (CAEs). Esos consejos garantizan una mayor transparencia y control social, permitiendo que diferentes sectores de la comunidad monitoreen el uso de los recursos y la calidad de la alimentación ofrecida en las escuelas.

Algunos estudios indican que el PNAE tiene un impacto positivo en la alimentación y en el estado nutricional del estudiantado que come regularmente en las escuelas.

Las y los adolescentes que adhieren al programa, las cinco veces por semana, tienen más posibilidades de consumir una dieta de mejor calidad, con más legumbres y vegetales, y menos ingestión de gaseosas, en comparación con las personas que no participan o no lo hacen con frecuencia. Por otra parte, la gran adhesión al PNAE está asociada a una menor prevalencia del sobrepeso (11%) y la obesidad (24%). Al incentivar la compra de alimentos de la agricultura familiar, el PNAE impulsa la economía local y fortalece sistemas alimentares sustentables. No obstante, los desafíos aún persisten, como la necesidad de infraestructura adecuada en las escuelas para almacenamiento y preparación de los alimentos, además de las dificultades logísticas para garantizar la distribución de los productos en regiones más distantes.

La sociedad civil desempeña un papel fundamental en la defensa y fortalecimiento del programa. El Observatorio de la Alimentación Escolar (ÓAÊ) ha sido uno de los principales actores en este proceso, promoviendo investigaciones, monitoreando la implementación del programa e incidiendo políticamente para garantizar su continuidad y mejora. El trabajo de incidencia política del ÓAÊ se orienta a través de varios estudios e investigaciones que permiten una escucha activa a las percepciones y demandas de los sujetos de derecho de esta política, como es el caso de estudiantes y agricultoras/es familiares y a quienes están directamente comprometidas/os en su implementación y control social, como es el caso de las cocineras, nutricionistas y consejeras/os. El observatorio tiene un papel fundamental en la protección e incidencia sobre los marcos normativos del PNAE en el congreso nacional y junto al ejecutivo federal, de forma que importantes logros en términos de derechos no se pierdan y que el programa sea constantemente mejorado. Una de las iniciativas del ÓAÊ es la campaña “Reajustar PNAE Siempre”, que propone la creación de un mecanismo legal para asegurar reajustes anuales en el dinero federal distribuido, corrigiendo pérdidas inflacionarias y garantizando una mayor previsibilidad presupuestaria para la alimentación escolar. Actualmente, el PNAE no cuenta con un mecanismo permanente de reajuste, hecho que lo vuelve vulnerable a la inflación y a la volatilidad de los precios de los alimentos. Los reajustes dependen de la decisión del gobierno vigente y de disputas presupuestarias en el Congreso Nacional, sin una metodología transparente y previsible. Eso compromete la capacidad de los estados y municipios de ofrecer comidas de calidad y afecta directamente el cumplimiento de las directrices nutricionales del programa.

En los últimos años, el fortalecimiento de políticas de alimentación escolar viene siendo una tendencia global, impulsada por los Objetivos del Desarrollo Sustentable (ODS). Gobiernos de diferentes países vienen ampliando sus programas de alimentación escolar como estrategia para combatir el hambre, mejorar la nutrición infantil y fortalecer las economías locales. El modelo del PNAE sirve de referencia para muchas de esas iniciativas y Brasil ha estado muy activo en la cooperación internacional para apoyar otros países en la implementación de políticas similares. Esta cooperación ocurre conjuntamente con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), así como el reciente lanzamiento, por Brasil, de la Alianza Global de Combate al Hambre, que reconoce la importancia de los programas de alimentación escolar.

El PNAE es un ejemplo concreto de cómo la alimentación escolar puede ser una herramienta poderosa para garantizar derechos, promover seguridad alimentaria y fortalecer sistemas alimentarios sustentables. Su trayectoria e impacto visibilizan un importante modelo inspirador para otros países que buscan construir políticas públicas que unan nutrición, educación y desarrollo socioeconómico. El compromiso continuo de la sociedad civil y la cooperación internacional son esenciales para garantizar la sustentabilidad y mejoría, asegurando que más niñas y niños y adolescentes tengan acceso a comidas saludables y de calidad en las escuelas. Es importante siempre recordar que hay una gran distancia entre las normas innovadoras del programa y su implementación, siendo significativos y diversos los desafíos enfrentados durante la gestión, en un país de la dimensión de Brasil, con más de 5.000 municipios y 145.000 escuelas.

En todo el mundo, no solamente en Brasil, los programas de alimentación escolar  enfrentan desafíos significativos, especialmente en relación a la interferencia de la industria de alimentos ultra procesados, que ve en las políticas de alimentación, una oportunidad de mercado para sus productos. La captura corporativa y los conflictos de interés son  amenazas reales a la integridad de programas de alimentación escolar pautados en directrices de alimentos saludables. Los ambientes escolares son espacios de formación de hábitos alimentarios saludables, debiendo ser pautados por una regla esencial de la Guía Alimentaria para la Población Brasilera, del Ministerio de Salud: cuanto más in natura la alimentación escolar, mejor.

Es fundamental que la sociedad civil, en todo el mundo, esté preparada para el monitoreo y la incidencia sobre programas de alimentación escolar, para que estos sean formulados e implementados de forma alineada a los principios del Derecho Humano a la Alimentación y Nutrición Adecuada (Dhana) y contribuyan efectivamente para la salud y el bienestar de las futuras generaciones. Este es el largo camino que vamos siguiendo en Brasil y que vamos compartiendo con quienes desean seguir en este camino.

Este artículo es un resumen de la publicación “Cooperación internacional por el derecho a la alimentación escolar: una contribución de la sociedad civil brasileña”, que puede encontrarse en español aquí, en inglés aquí y en portugués aquí.

Acervo

FIAN Brasil y el Observatorio de Alimentación Escolar (ÓAÊ) elaboraron esta publicación a partir de la experiencia en la construcción y el seguimiento del PNAE – una de las políticas públicas de alimentación escolar más abarcativas y antiguas del mundo – comprendiendo que los programas nacionales de alimentación escolar son una herramienta importante para garantizar el derecho humano a la alimentación y a la nutrición adecuadas (DHANA) y promover sistemas alimentarios saludables y sostenibles. La participación social activa de los sujetos de derecho y de la sociedad civil organizada es fundamental para que estos programas incorporen la perspectiva de los pueblos, democraticen los mercados institucionales de alimentos y se estructuren bajo la óptica de los derechos y de la justicia ambiental, climática y alimentaria. Y que, por último, se desarrollen como políticas de Estado, libres de la captura corporativa.
Año de publicación: 2025

The document presents an evaluation of the implementation of the Sustainable Schools (SS) methodology in Latin America and the Caribbean, with a special focus on the role of South-South Cooperation facilitated by the Brazil-FAO International Cooperation Program. The report analyzes the progress and challenges of the School Feeding Programs (SFP), which aim to guarantee access to nutritious food for children in public schools, while also promoting educational practices in nutrition and agriculture. Technical cooperation between Brazil and the FAO, utilizing Brazil’s experience with school feeding, has served as a model for other countries and has been fundamental in the expansion of this methodology in the region, with an emphasis on horizontal collaboration and respect for the sovereignty of countries.
Año de publicación: 2022

El material destaca el papel crucial de la cooperación Sur-Sur, especialmente en el contexto de los Programas de Alimentación Escolar (PAE) en El Salvador, Guatemala y Honduras. La metodología de “Escuelas Sostenibles” se desarrolló con el apoyo de la FAO y la Cooperación Internacional Brasil-FAO. Este proyecto colaborativo tuvo como objetivo mejorar los PAE en los países de Mesoamérica, promoviendo prácticas sostenibles en las escuelas, tales como: (i) Articulación Interinstitucional e Intersectorial; (ii) Participación Social y Ciudada, (iii) Compras de la Agricultura Familiar: (iv) Educación Alimentaria y Nutricional y Huertos Escolares; (v) Menús adecuados y saludables; y (vi) Mejoramiento de la infraestructura para alimentación escolar.
Año de publicación: 2021

A partir de mayo de 2020, una nueva legislación nacional (Resolución CD/FNDE N.º 6, del 8 de mayo de 2020) estableció nuevas directrices para las comidas escolares, alineando el PNAE con las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos de Brasil, publicadas en 2015. El PNAE refuerza aún más la promoción de prácticas alimentarias saludables y sostenibles, en línea con las recomendaciones de las Guías, que priorizan el consumo de alimentos frescos y mínimamente procesados, mientras que restringen los alimentos ultraprocesados en el menú escolar.
Año de publicación: 2015

Así como el suministro de alimentos adecuados y saludables, la educación alimentaria y nutricional (EAN) también es un eje clave del PNAE. Las recomendaciones para las acciones de EAN en al ámbito de las escuelas están alineadas com el Marco de Referencia de EAN para las Políticas Públicas.
Año de publicación: 2012

Las iniciativas de alimentación escolar han existido en Brasil durante más de 70 años. Sin embargo, fue en 2009 cuando el PNAE, en su forma actual, fue oficialmente regulado por un instrumento legal, la Ley 11.947, que establece las directrices para el programa. Define la alimentación escolar como un derecho para los estudiantes de educación básica y una responsabilidad del Estado. La ley también establece que al menos el 30% de los alimentos comprados para el PNAE provengan de la agricultura familiar. Además, destaca el papel de los nutricionistas en la planificación de menús e incentiva la participación comunitaria en el control social y el monitoreo de la calidad.
Año de publicación: 2009

Preguntas y respuestas

1. ¿Quién tiene derecho a recibir alimentación escolar gratuita?

El PNAE tiene carácter universal, o sea, todos el alumnado matriculado en la educación básica de las redes públicas federal, estadual, distrital y municipal (educación  infantil, primaria, secundaria y educación  de jóvenes y adultos/as), tanto como quienes están matriculados/as en escuelas públicas, filantrópicas y en entidades comunitarias.

2. ¿Cómo funciona el Programa Nacional de Alimentación Escolar?

El PNAE ofrece una alimentación adecuada y saludable, basada principalmente en alimentos naturales con bajo nivel de procesamiento, también promueve educación alimentaria y nutricional (EAN).

El Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación (FNDE), que es la institución responsable por el Pnae, a nivel nacional, depende del Ministerio de Educación, mientras que los estados y municipios, responsables por la gestión de las escuelas, son las entidades ejecutoras (EEx) del PNAE en la punta. El FNDE repasa recursos financieros para la compra de alimentos, estos recursos deben ser complementados con presupuestos propios  de los estados y municipios.

El programa puede ser gerenciado por las EExs de forma “centralizada”, cuando las secretarías adquieren los alimentos y los proveen a las unidades escolares; de forma “escolarizada”, cuando las propias escuelas compran los alimentos, o de forma combinada. La gestión y compra de alimentos puede ser pública, mixta o tercerizada. ÓAÊ se posiciona a favor de la gestión pública y contra la tercerización.

En la compra de los alimentos, el 30% de los recursos repasados por el FNDE, aproximadamente R$ 1.200.000.000 anuales (U$ 197,368,421), deben ser destinados a la compra directa de alimentos de agricultura familiar, con el objetivo de generar ingresos y dinamizar las economías locales, mejorar la calidad nutricional de la alimentación ofrecida y valorizar la cultura alimentaria regional.

Cabe resaltar que el aumento de los valores per-cápita estipulados por el  gobierno federal, a los distintos grupos de estudiantes (y que todavía es insuficiente), la obligación de compra de la agricultura familiar y de la provisión de una alimentación adecuada y saludable, fueron logros conseguidos a partir de la movilización de la sociedad civil.

3. ¿Cuálesson las directrices del PNAE?

De acuerdo con la Ley n° 11.947/2009, son directrices del programa:

  1. Hacer uso de la alimentación saludable y adecuada, utilizando alimentos variados, seguros, que respeten la cultura, las tradiciones y los hábitos alimenticios saludables, contribuyendo para el crecimiento y el desarrollo del alumnado y para mejorar su rendimiento escolar, en conformidad con su edad y su estado de salud e, incluso, de quienes necesiten atención específica;
  2. Inclusión de la educación alimentaria y nutricional en el proceso de la enseñanza y aprendizaje, que pasa por la currícula escolar, abordando el tema de la alimentación y de la nutrición, así como el desarrollo de prácticas saludables de vida en una perspectiva de la seguridad alimentaria y nutricional;
  3. Universalidad en la atención al alumnado matriculado en la red pública de educación básica;
  4. participación de la comunidad en el control social, en el acompañamiento de las acciones realizadas por los estados, por el Distrito Federal y por los municipios para garantizar la oferta de la alimentación escolar saludable y adecuada;
  5. Apoyo al desarrollo sustentable, con incentivos para la adquisición de géneros alimenticios diversos, producidos en ámbito local y preferentemente por la agricultura familiar y por emprendedores familiares rurales, dando prioridad a las comunidades tradicionales indígenas y quilombolas – comunidades (quilombos) creadas durante el período de la esclavitud por personas negras esclavizadas que huían del cautiverio y construían modos de vida en libertad.
  6. Derecho a la alimentación escolar, con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria y nutricional del alumnado, con acceso de forma igualitaria, respetando las diferencias biológicas entre edades y condiciones de salud del alumnado que necesite atención específica, así como a quienes se encuentren en estado de vulnerabilidad social.

4. ¿Cuáles alimentos deben ser ofrecidos a los/las estudiantes?

Los menúes de alimentación escolar deben elaborarse por un/a nutricionista responsable técnico/a, teniendo como base la Guía Alimentaria para la Población Brasilera y la Guía Alimentaria para Niñas/os Brasileras Menores de 2 Años de Edad, considerando la utilización principal de alimentos in natura o mínimamente procesados, de modo que respete las necesidades nutricionales, los hábitos alimentarios, la cultura alimentaria de la localidad y pautar la sustentabilidad, estación y diversificación agrícola de la región y promoción de la alimentación adecuada y saludable.

Los menúes deben ser adaptados para atender a los/las estudiantes diagnosticados/as con necesidades alimentarias especiales, tales como las siguientes: enfermedades celíacas, diabetes, hipertensión, anemias, alergias e intolerancias alimentarias, entre otras. También deben respetar las especificaciones culturales de las comunidades indígenas y/o quilombolas.

  • Están prohibidos los productos ultra procesados como embutidos, caramelos, gomitas, saladitos, gaseosas y otros productos de bajos valores nutricionales;
  • Están prohibidos los productos ultra procesados y el agregado de azúcar, miel y edulcorante en las preparaciones culinarias y bebidas para niñas/os de hasta tres años de edad;
  • Puede ser utilizado, un máximo de 15 % de los recursos repasados por el FNDE, para compra de alimentos procesados y ultra procesados;
  • Está prohibida la utilización de grasas trans industrializadas en todos los menúes.

5. ¿Cómo funcionan las compras de la agricultura familiar?

De acuerdo con la Ley 11.947/2009, del total de los recursos financieros repasados por el FNDE, a los estados y municipios, en el ámbito del PNAE, un mínimo del 30% (treinta por ciento) deberá utilizarse para la compra de alimentos directamente de la agricultura familiar y de emprendedores familiares de zona rural o de sus organizaciones, priorizándose los asentamientos de la reforma agraria, las comunidades tradicionales indígenas, comunidades quilombolas y las mujeres. Cabe resaltar que en Brasil, los términos campesinos, pequeños agricultores, pequeños productores y agricultores de pequeña escala están agrupados en una misma categoría, con el objetivo de aparecer en las políticas públicas como agricultura familiar.

La compra de productos de la agricultura familiar puede ser realizada sin la necesidad de una licitación, a través de Llamadas Públicas de Compra en la cual puedan participar solamente agricultores familiares identificados por el gobierno federal en sus archivos nacionales. Luego de un mapeo agrícola local, en estas llamadas, son definidos cuáles alimentos y qué cantidad será comprada, con base en el menú elaborado por el/la nutricionista Responsable Técnico/a.

El poder público puede efectuar la compra directamente de la agricultura familiar y sus organizaciones, o sea, sin intermediarios, dando prioridad a quienes estén en el mismo municipio, promoviendo la economía y la alimentación local. Pueden proveer al PNAE: agricultores/as familiares y emprendedores familiares rurales que estén listados en el Registro Nacional de la Agricultura Familiar (CAF), un documento que reúne las informaciones de las unidades familiares de producción agrícola y de sus integrantes, sean productores individuales u organizados en grupos formales o informales. La realización de los menúes, debe ser pensada según las estaciones y la producción local.

6. ¿Qué son los Consejos de Alimentación Escolar?

Los Consejos de Alimentación Escolar (CAE) son espacios formales de participación social del programa, obligatoriamente creados en todos los estados y municipios, vinculados a las secretarías de educación. Son órganos colegiados de carácter fiscalizador, permanente, deliberativo y de asesoramiento.

Son atribuciones de los CAEs:

  • monitorear y fiscalizar la aplicación de los recursos y la ejecución del PNAE;
  • analizar la prestación de cuentas;
  • comunicar al FNDE, a los Tribunales de Cuentas, a la Controladuría-General de la Nación, al Ministerio Público y a los demás órganos de control cualquier irregularidad identificada en la ejecución del PNAE;
  • elaborar el Plano de Acción anual para el acompañamiento de la ejecución del PNAE.

Los CAEs deben estar compuestos por:

  • un representante indicado por el Poder Ejecutivo;
  • dos representantes entre las entidades de trabajadores/as de la educación y del personal no docente;
  • dos representantes de padres/madres de alumnos /as;
  • dos representantes indicados por entidades civiles organizadas.

La composición del CAE puede ser ampliada en dos o tres veces el número de miembros, obedeciendo la proporcionalidad definida arriba. Los miembros tienen mandato de cuatro años, pudiendo ser reelectos. CAEs localizados en estados y municipios donde haya escuelas indígenas y quilombolas deben tener al menos un representante de estos pueblos o comunidades tradicionales en su composición.

Para su debido funcionamiento, el poder público debe asegurar: a) recursos financieros y humanos y local apropiado para las reuniones; b) equipo de informática; c) transporte para desplazamiento y monitores ; d) envío de documentos e informaciones referentes a la realización del PNAE solicitados; e) formación a los/as consejeros/as.

En el ámbito federal, la participación social de la sociedad civil sucede por medio del Comité Consultivo del PNAE.

7. ¿El PNAE funciona de la misma forma en todas las escuelas públicas de Brasil?

A pesar de las directrices nacionales, la implementación del programa varía entre estados y municipios, dependiendo de la capacidad de gestión y compromiso de los gestores locales, del presupuesto, de la organización de los Consejos de Alimentación Escolar (CAE) y, principalmente, de las especificidades locales de cada territorio. Por ejemplo, las compras y la definición de los menúes deben seguir directrices nacionales, pero existe una flexibilidad para la adaptación local, respetando los hábitos alimentarios regionales, así como la disponibilidad de los alimentos de la agricultura familiar. Al mismo tiempo, en municipios con menor recaudación o mayor vulnerabilidad económica o donde no hay interés político por parte de la gestión, los recursos del FNDE son la principal fuente de financiamiento de la compra de alimentos para los alimentos escolares, lo que resulta en una alimentación insuficiente y/o de baja calidad.

8. ¿Cómo se da, en la práctica, la intersectorialidad en el ámbito del PNAE? O cuáles son los mecanismos que garantizan la coordinación entre diferentes sectores en el PNAE?

La integración del PNAE con otras políticas públicas —como salud, desarrollo social y rural, asistencia social y medio ambiente — es un pilar fundamental del programa para promover el Dhana de los estudiantes y garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de las comunidades. Esa intersectorialidad está reflejada en el propio diseño del programa, que articula acciones vinculadas a la educación, salud, agricultura, medio ambiente. También, el PNAE cuenta con dos mecanismos institucionales que viabilizan esa integración: el Comité Gestor Interministerial y el Comité Consultivo. El Comité Gestor Interministerial reúne representantes de diversos ministerios y órganos gubernamentales, mientras que el Comité Consultivo se compone por representantes de la sociedad civil y de diferentes sectores. A pesar de esos avances, todavía es necesario fortalecer la articulación entre las políticas públicas y ampliar la intersectorialidad del programa.

9. ¿Cómo contribuye el PNAE en la creación de alimentos saludables en los ambientes escolares, más allá de las ofertas de alimentación?

El PNAE alinea sus directrices según las recomendaciones de las Guías de Alimentos Brasileros y las estrategias nacionales de Educación Alimentaria y Nutricional (EAN). En este sentido, el PNAE establece claramente cuáles son los alimentos permitidos, los limitados y los prohibidos en la alimentación escolar, como fue explicado en la pregunta 4. Por otro lado, la EAN también se constituye en un eje estratégico del programa, contribuyendo para la formación de individuos más responsables y conscientes respecto de sus decisiones alimentarias en la escuela y en sus contextos. Además de la oferta de comidas adecuadas y saludables, el programa también regulariza la venta, oferta y publicidad de alimentos en el ambiente escolar, reduciendo la influencia de la industria sobre el estudiantado.

Mientras tanto, la implementación de esas directrices, cabe a los estados y municipios y, en última instancia, a las escuelas, que tienen autonomía para aplicar las recomendaciones nacionales conforme a sus realidades locales. En el caso de los comedores escolares, por ejemplo, todavía no hay una legislación nacional específica que regularice, de manera uniforme, el funcionamiento de comedores en escuelas públicas y privadas. Así, la responsabilidad por este reglamento recae en los estados y municipios. Recientemente, los municipios de Niterói y Rio de Janeiro aprobaron leyes para reglamentar los comedores escolares tanto en escuelas públicas como en las privadas, en jardines de infantes y primarias, prohibiendo las ventas de alimentos ultra procesados.

10. ¿Cuáles son los principales desafíos encontrados para realizar las compras públicas de la agricultura familiar?

Si bien la Ley del PNAE incentiva las compras directas de la agricultura familiar, es común enfrentar obstáculos significativos en los territorios a la hora de cerrar negocios. La operación de las compras exige un compromiso activo de la gestión local y estructuras adecuadas para gerenciar las llamadas públicas, apoyar agricultores/as y garantizar la entrega en las escuelas. La falta de articulación entre secretarías de educación y agricultura, sindicatos rurales y CAEs dificulta la implementación efectiva.

Las/os agricultoras/es también enfrentan desafíos, como la burocracia para obtener certificados sanitarios, la ausencia de asistencia técnica adecuada, infraestructura escolar insuficiente para almacenamiento y dificultades logísticas, especialmente en las áreas rurales. También encuentran atrasos en los pagos gubernamentales y falta de crédito específico, en algunas localidades, inclusive, no incentivan la participación de las/los productoras/es. Superar estos desafíos, por medio de políticas públicas complementarias direccionadas a este sector, como crédito y asistencia técnica, es esencial para consolidar las compras públicas como una herramienta de promoción de seguridad alimentaria y fortalecimiento de la agricultura familiar.

11. ¿Cómo es el financiamiento del programa?

La gestión del PNAE es dividida entre Nación (gobierno federal), los estados y los municipios. El programa es financiado con recursos públicos del gobierno federal, con un presupuesto de R$ 5.700.000.000 en 2024 (U$ 937.500)*. El Fondo Nacional de Desarrollo de Educación (FNDE), institución responsable por el programa, vinculado al Ministerio de Educación, distribuye estos recursos de forma suplementaria a estados, municipios y escuelas federales, calculando los valores con base en el número de alumnas/os y días lectivos. No obstante, el dinero federal distribuido, cubre solamente  la compra de alimentos, estados y municipios precisan complementar los valores para garantizar una alimentación adecuada, también, costear otros gastos operacionales, así como del personal.

Los siguientes valores son distribuidos por el gobierno federal a estados y municipios, por día lectivo para cada alumno/a:

ModalidadValor en realValor en dólar*
Guarderías (incluidas las localizadas en áreas indígenas y remanecientes de quilombos)R$ 1,37US$ 0.23
Preescolar (excepto en áreas indígenas y remanecientes de quilombos)R$ 0,72US$ 0.12
Escuelas de educación básica indígenas y quilombolas:R$ 0,86US$ 0.14
Primaria y secundariaR$ 0,50US$ 0.08
Doble jornadaR$ 1,37US$ 0.23
Programa de Fomento a las Escuelas Secundarias de doble jornadaR$ 2,56US$ 0.42
Alumnas/os que frecuentan Atención Educacional Especializado y contra turnoR$ 0,68US$ 0.11
Educación de jóvenes y adultas/osR$ 0,41US$ 0.07
*Cotización del dólar comercial, al día 02/12/2024: R$ 6,08.

La Constitución Federal establece responsabilidad de tres esferas de gobierno por programa, por lo tanto este valor debe ser complementado con presupuesto propio de los estados y municipios. Sin embargo, la realidad es muy desigual en todo el país. Algunos estados y municipios destinan presupuestos propios, mientras que otros se limitan a inversiones adicionales con logística y recursos humanos. En muchos municipios, los recursos del FNDE son la principal fuente de financiamiento del alimento escolar, lo que puede comprometer la calidad de las comidas, especialmente donde hay menos recaudación o baja prioridad política para el tema.

Otro desafío es la ausencia de un mecanismo permanente de reajuste anual del dinero federal distribuido, dejando el programa vulnerable a la inflación y a la volatilidad de los precios de los alimentos. Para enfrentar esta cuestión, la sociedad civil, liderada por el Observatorio de Alimentación Escolar (ÓAÊ), viene realizando campañas de sensibilización y abogacía con el poder legislativo y tomadores de decisiones, proponiendo la creación de un mecanismo legal para garantizar reajustes anuales basados en la inflación.

12. ¿Cuáles son los modelos de gestión de las cocinas en el PNAE?

Los alimentos de las escuelas pueden ser preparados en dos tipos de cocinas:

  • Cocina central (piloto): las comidas, con excepción de algunas preparaciones específicas, son elaboradas en una única cocina central que atiende a todo el estudiantado, siendo posteriormente distribuidas listas para el consumo o para finalización en las escuelas y
  • Cocina descentralizada (en las escuelas): todas las comidas son preparadas y distribuidas en la propia escuela, donde los alimentos ya se encuentran almacenados.

Preferimos el modelo en el cual los alimentos son preparados directamente en las escuelas, garantizando la gestión pública, libre de intereses por lucro y comidas frescas y culturalmente adecuadas. Para eso, estados y municipios deben asegurar infraestructura adecuada, con cocinas equipadas, comedores apropiados y espacios de almacenamiento seguros, así como valorización y capacitación de los profesionales responsables por la planificación y preparación de las comidas. Las cocinas desempeñan un papel esencial, yendo más allá del tratamiento de los alimentos, ya que conocen al estudiantado y tienen el potencial de contribuir a la educación alimentaria y nutricional (EAN).

Cabe mencionar que el PNAE establece la necesidad de contratar nutricionistas en los estados y municipios, asumiendo la Responsabilidad Técnica del programa, desempeñando diversas atribuciones, desde el diagnóstico y el acompañamiento del estado nutricional del estudiantado; la planificación, elaboración y acompañamiento del menú; acciones de EAN, entre otras. También las/los cocineras/os son actores fundamentales para el éxito del programa, recibiendo remuneración por su trabajo

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